LA TRASHUMANCIA NUESTRO PATRIMONIO
Naciones Unidas ha reconocido la trashumancia como Patrimonio Cultural Inmaterial de España por el Convenio sobre Diversidad Biológica, del 5 de junio de 1992[1]. Éste es “un tratado internacional jurídicamente vinculante con tres objetivos principales: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos. Su objetivo general es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible”.
En España la red de vías pecuarias existentes es un
patrimonio único en el mundo y protegido por Ley (3/1995)[2]
que las considera “inembargables,
imprescriptibles e inalienables” y entre otras cosas dice: “la red de vías pecuarias sigue prestando un
servicio a la cabaña ganadera nacional que se explota en régimen extensivo, con
favorables repercusiones para el aprovechamiento de recursos pastables
infrautilizados; para la preservaci6n de razas autóctonas; también han de ser
consideradas las vías pecuarias como auténticos «corredores ecológicos»,
esenciales para la migración, la distribuci6n geográfica y el intercambio
genético de las especies silvestres. Finalmente, y atendiendo a una demanda
social creciente, las vías pecuarias pueden constituir un instrumento
favorecedor del contacto del hombre con la naturaleza y de la ordenación del
entorno medioambiental. Todo ello convierte a la red de vías pecuarias -con sus
elementos culturales anexos- en un legado histórico de interés capital único en
Europa, cuya preservación no garantiza en modo alguno la normativa vigente”.
El Real Decreto 385/2017[3]
declaró la Trashumancia
como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial y, entre
otros detalles, destaca que “La actividad
ganadera trashumante ha aunado históricamente el aprovechamiento de los
recursos naturales y el ganado mediante la denominada «cultura pastoril
trashumante», produciendo interrelaciones familiares, sociales, económicas,
patrimoniales y biológicas y modelando y contribuyendo a la cohesión y
vertebración del paisaje peninsular”.
Por si solos estos tres documentos valdrían para demostrar
la importancia de la actividad trashumante en España, pero vale la pena dar un
repaso a la historia y a los beneficios ecológicos, sociales, económicos e
incluso personales de la trashumancia, para descubrir sus arraigados valores y
engancharnos a ella.
La trashumancia, del latín “Trans: de la otra parte” y
“Humus: tierra”, procede del nomadeo que consiste en un movimiento conjunto de
ganado y pastores con sus familias, que se practicaba en dos modalidades:
-
Nomadeo cerrado o
cíclico que consistía en mover el ganado desde invernaderos a agostaderos alternativamente,
a la búsqueda de pasto verde. Este nomadeo derivó en trashumancia cuando las
familias de pastores se asentaron en lugares fijos dedicándose a la labranza y
los hombres continuaron con el pastoreo pero teniendo base fija en la población
de residencia familiar.
-
Nomadeo abierto en el
que el ganado se desplaza erráticamente por extensas regiones en las que los
pastos son pobres y los pastores más bien siguen al ganado que se mueve por
instinto al encuentro de mejores condiciones climáticas, como sucede en Laponia,
el Sahara o el Tibet.
La trashumancia entonces podríamos definirla como el
traslado alternativo y periódico de ganado entre dos territorios de
climatología diferente, en búsqueda de pastos y agua.
Los pueblos celtas de pastores de los montes leoneses y
castellanos se trasladaban durante muchas jornadas, haciendo un largo
recorrido, a tierras de la actual Extremadura, buscando los pastos que las
nieves les negaban en invierno. Otros hacían recorridos más cortos, desde la
serranía de Soria, aguas abajo del Duero. En la época de la romanización de la
península, una calzada romana por el oeste peninsular marcaba la ruta de la
trashumancia de largo recorrido, que se convertiría luego en la “Ruta de la Plata ” desde Astorga hasta
Mérida, pasando por Salamanca y Cáceres. En la
Edad Media la trashumancia fue una actividad
económica muy importante, que se consolidó con la creación por Alfonso X
del Concejo de la Mesta
en 1273, para proteger los intereses de los ganaderos que movían al menos tres
millones de cabezas de ganado (algunos estudios las cifran en cinco millones) y
que formaban un fuerte lobby económico en aquella época. En particular la
trashumancia de ovejas en búsqueda de pastos era esencial, dada la cantidad de
ese tipo de ganado que había que mantener para la obtención de la lana
suficiente, para el gran negocio de la exportación de lana a toda Europa.
También en Aragón se crearon organizaciones similares a La Mesta castellana, como
fueron “La casa de Ganaderos de Zaragoza”, “ La Mesta de Albarracín” o el
“Ligajo de Calatayud”.
Hasta pasada la Reconquista los
movimientos de ganado eran cortos pues solo alcanzaban tierras fronterizas
(extremos), que eran zonas yermas y pastizales utilizados por las ganaderías de
los nobles o de señores eclesiásticos y desde las que el ganado se podía
recoger fácilmente en caso de enfrentamientos. Poco a poco se pudo ir alargando
los movimientos a medida que la
Reconquista avanzaba, pasando las cuencas del Tajo del
Guadiana y del Guadalquivir, y finalmente los pastores pudieron llegar hasta
tierras de Extremadura, que debe su nombre a aquellos “extremos” o tierras
fronterizas, y aún más al sur.
En la
Edad Media el paso de ganaderos y pastores
por diversos lugares, y la permanencia de éstos en los agostaderos, facilitó la
difusión y el intercambio de costumbres culinarias, artesanales,
arquitectónicas, musicales, así como técnicas de manejo de ganado, produciéndose
un intercambio de modos de vida y conocimientos entre territorios alejados
dentro de suelo español.
Después de la Reconquista , la
trashumancia va perdiendo poco a poco la importancia que tenía debido a que la
sociedad se hace más sedentaria, los intereses económicos cambian y las
exportaciones de lana dejan de ser prioridad. De tal forma que el Concejo de la Mesta va perdiendo
influencia y termina por ser abolido en 1836. En ese siglo se empieza a
utilizar el ferrocarril para trasladar ganado y luego comienzan los traslados
por carretera, pero aún se realizaba la trashumancia a pie o a caballo.
De los tipos
de trashumancia que se pueden distinguir según los climas (mediterránea, alpina y tropical) en España se practica la
trashumancia mediterránea, caracterizada ésta por el clima mediterráneo con
unos veranos con pocas lluvias y frecuentes sequías. Esta característica obliga
a trasladar el ganado a zonas próximas a las cumbres montañosas, que existen
relativamente cerca de la gran cuenca mediterránea. Pero no todo el ganado es
trasladado a zonas montañosas. Parte de la ganadería vive en régimen de
estandía, sin salir de su zona, y alimentándose de rastrojos, espigaderos o
mediante pienso y forraje.
Este tipo de
trashumancia, habitual en casi toda España, está favorecida por la presencia de
importantes desniveles en casi toda la península. Pensemos en los Pirineos y
sus zonas bajas próximas de la ribera del Ebro en Aragón, La Rioja y Navarra, o en las
zonas llanas y cuencas de Lerida y
Gerona desde las que salen cañadas hacia los Pirineos Orientales. También
podemos pensar en los montes de Teruel y la vertiente mediterránea, en las
montañas cantabras y asturianas, auque aquí más bien se da una trashumancia
Alpina entre la costa y la montaña. Podríamos citar la zona de Sierra Nevada o la Sierra de Gredos y algunas
cuantas más. Pero en todos estos casos se da un tipo de trashumancia
clasificada como “trashumancia corta”.
En contraposición la “trashumancia
larga” es aquella que atraviesa tres cuencas y dos o tres divisorias, como
es el caso de las ganaderías que correspondían a las cuatro cuadrillas de La Mesta , las de Soria, Cuenca,
Segovia y León y que se trasladaban desde los agostaderos al norte del Duero
hasta los invernaderos en las cuencas del Guadiana y el Guadalquivir.
También se
hablaba de “trashumancia de ganadero”
o “trashumancia de piareros”, la
primera era de un solo dueño y la segunda unía piaras de varios dueños. Según
el catastro del Marques de la
Ensenada. “los piareros
no tenían ganada en los invernaderos posición arrendaticia …. por lo cual
tenían que acomodarse a la buena de Dios…”, aunque tenían asegurado el
pasto por las normas de los Cuadernos de Leyes de La Mesta ”. En cambio los
ganaderos de mejor posición, ganaderías reales o de la iglesia, nobles y
algunos caballeros tenían sus propiedades o arrendamientos, e incluso casas
señoriales en aquellos lugares o poblaciones próximas.
En la
actualidad, gracias a la Ley
3/1995, España conserva gran parte de la antigua red pecuaria, contando con unos
125.000 km .
de cañadas, cordeles y veredas y 400.000 Ha . de superficie a lo largo de todos
esos kilómetros. Las Cañadas Reales protegidas por la Ley son:
-
Cañada Real de la Plata o Vizana (500 kilómetros ).
-
Cañada Real Leonesa Occidental (700 kilómetros ).
-
Cañada Real Leonesa Oriental (700 kilómetros ).
-
Cañada Real Segoviana (500 kilómetros ).
-
Cañada Real Conquense (350 kilómetros ).
-
Cañada Real del Reino de Valencia (250 kilómetros ).
-
Cañada Real Galiana (400 kilómetros ).
-
Cañada Real Soriana Oriental (800 kilómetros ).
-
Cañada Real Soriana Occidental (700 kilómetros ).
Las cañadas
tienen un ancho de 75 m .,
los cordeles de 37,5 y las veredas de 20,9. Además de los 4900 Km . de Cañadas Reales,
existe una basta red de cordeles y veredas hasta totalizar la cifra
anteriormente dada. Pero lo cierto es que la red pecuaria sufre un deterioro
importante porque no es, ni ha sido objeto de atención, por parte de la Comunidades Autónomas ,
competentes en esa materia. El espíritu de la Ley 3/1995 no ha inspirado a los gobiernos
autonómicos involucrados, ni al central en sus obligaciones subsidiarias, seguramente
porque los réditos electorales los encontraban en otra parte, sin considerar
las ventajas que tiene la actividad de la trashumancia para el territorio, la
población y el ganado.
En España
trashuman casi 800.000 cabezas de ganado, eso da una idea de la importancia del
fenómeno. La trashumancia española es un ejemplo de aprovechamiento sostenible
de grandes extensiones del territorio, pero no está suficientemente valorada y
cuidada por las administraciones competentes. Por un lado, posiblemente si se
redujera y acelerara la tramitación de permisos, guías, etc., se podría
duplicar o triplicar la cabaña trashumante. Por otro lado la desaparición del
transporte de ganado por ferrocarril y la carestía del trasporte por carretera
hace que muchos ganaderos se planteen el traslado de ganado a pie, pero se
encuentran con el muro burocrático y la falta de mantenimiento de la red de
vías pecuarias.
He hecho mención
de las ventajas de esta actividad sin detallarlas, pero dado que mi escaso
conocimiento de la misma se reduce a haber hecho unas cuantas trashumancias de
ganado vacuno avileño, conviviendo con los ganaderos, prefiero transcribir lo
que La Unión de
Pequeños Agricultores y Ganaderos, en su Informe sobre la Trashumancia en
España (abril-marzo de 2009)[4] escribía
con conocimiento de causa sobre los beneficios que aportaba la trashumancia y
los problemas que detectaban:
“Beneficios
medioambientales, socioculturales y territoriales:
- Mantenimiento de los pueblos. La trashumancia fija la población al
medio rural, ya que se trata de una actividad que se extiende a zonas
desfavorecidas y de montaña básicamente.
- Mantenimiento de la biodiversidad. El pastoreo extensivo y
estacional en que se basa la trashumancia contribuye a la diversificación y
conservación de hábitats de muy alto valor ambiental. Ha generado ecosistemas
de dehesa y con una gran biodiversidad de la dehesa pastoreada. La diversidad
de plantas en estos pastos naturales es de las más altas que se conocen, con
más de 40 plantas por metro cuadrado. Además permite establecer y mantener a
nivel nacional una red de corredores naturales que enlazan los principales
ecosistemas de la península Ibérica, evitando el aislamiento de los espacios
protegidos, favoreciendo la supervivencia y el intercambio genético entre
poblaciones de especies amenazadas y manteniendo abiertas numerosas áreas de
paso e invernada para las aves migratorias.
- Prevención de incendios forestales. Los beneficios medioambientales
de esta actividad repercuten principalmente en la prevención de incendios
forestales, puesto que el ganado consume materia seca que es un gran
combustible forestal.
- Movilidad del ganado entre diferentes fincas, lo que permite la rentabilidad y el aprovechamiento de
subproductos agrarios cuya eliminación por otros métodos, tales como
herbicidas o quemas de rastrojos, provoca graves daños medioambientales.
- Abono natural. Las deyecciones de los animales constituye una
fuente de abono natural de gran interés, dado que se trata de una ganadería
itinerante que por ello no deteriora el medio ambiente.
- Producción de calidad y sanidad. En condiciones normales, a través
de este sistema de aprovechamiento ganadero el animal puede estar alimentado
durante todo el año con pasto natural, lo que proporciona una carne de enorme
calidad y sanidad.
- Conservación de ecosistemas valiosos como los pastos de montaña,
los cultivos cerealistas extensivos y las dehesas de encina, evitando incendios
forestales, erosión del suelo y los daños que el ganado estante produce al
terreno, a las aguas y al arbolado.
- Traslado en gran parte de los animales por su propio pie, lo que
favorece un manejo de los mismos respetuoso con las máximas exigencias
relativas a bienestar de los animales.
- Desarrollo rural. Permite usos alternativos del territorio de gran
interés, como el senderismo o las rutas a caballo, que contribuyen a mantener
los derechos de paso y favorecen el desarrollo social y económico de las zonas
rurales.
- Integración entre la sociedad urbana y la sociedad rural de las
diferentes comarcas y regiones, con el fin de colaborar solidariamente en la defensa
y conservación de un patrimonio común de máximo interés ambiental y cultural.
Beneficios
económicos:
- Permite un gran aprovechamiento de recursos de alta calidad.
-La trashumancia ha favorecido el
sostenimiento económico de numerosas
provincias.
- Para los animales tiene muchas ventajas porque evita que sufran los
efectos de climas extremos: ni el calor del verano ni el frío del invierno,
de manera que prácticamente viven “dos primaveras y dos otoños”. Todo ello
permite a los animales desarrollarse mejor, ser más fecundos y prolíficos, lo
que supone mayor producción, más sanidad de los animales (tienen pasto fresco
durante todo el año), traducido todo ello en una producción de mayor calidad.
- Contribuye a la producción de
quesos de alta calidad”. A lo que yo añado la producción de mejor lana y
cueros, además de la ya mencionada mayor calidad de la carne.
El mismo
informe daba cuenta de los “problemas de la actividad trashumante en España:
- En cuanto a recursos humanos,
los ganaderos se encuentran con dificultades
de un relevo generacional, ya que la vida está muy condicionada por el
movimiento pecuario.
- Los elevados costes que conllevan los desplazamientos, el arriendo
de las fincas, etc., condicionan la viabilidad de las explotaciones.
- Baja productividad con relación a la ganadería industrial debido,
en parte, a los medios de producción poco intensivos en beneficio de la
calidad.
- Los precios percibidos por los ganaderos se han mantenido constantes en
los últimos años, no siendo así el coste de los medios de producción.
- Las vías pecuarias españolas también se ven amenazadas por diversos aspectos
urbanísticos de todo tipo.
- En ocasiones han sido invadidas por urbanizaciones en los
tramos de cañadas más próximos a los núcleos urbanos.
- La implantación de infraestructuras viarias (circunvalaciones,
variantes, etc.) sobre tramos enteros de cañadas sin caminos alternativos ha
generado barreras infranqueables para los rebaños.
- Problemas relacionados con las
distintas exigencias administrativas
relativas a la actividad trashumante en las diferentes comunidades autónomas.”
La
trashumancia ha vivido y vive un declive por los problemas antes mencionados.
Pero siendo tantos los beneficios que aporta a las regiones por donde pasa, a
su paisaje y biodiversidad, a su desarrollo económico, turístico y social en el
medio rural, etc., las administraciones de autonómicas y central deberían
dedicar un esfuerzo para que, cada una dentro de sus competencias, facilitaran
el mantenimiento y el incremento de la cabaña trashumante.
Ese esfuerzo
debería ir dirigido a:
-
La formación a jóvenes que aseguren un relevo
generacional, con las prácticas suficientes en todo lo que supone el manejo,
cuidado y movimiento de ganado mediante trashumancia.
-
Ayudas a los arriendos de fincas en las zonas de invernaderos
o agostaderos, o arriendos de terrenos de propiedad pública a bajo coste.
-
Poner en valor la calidad de la producción de la
ganadería extensiva reduciendo en algunas partidas los costes de producción
(por ejemplo: IVA de algunos de los productos necesarios para el cuidado,
alimentación, desplazamientos, infraestructura, etc., o de los impuestos sobre
beneficios), para acortar la desventaja que este tipo de ganadería tiene ante
la intensiva.
-
Reducir la burocracia asociada a la actividad
trashumante y unificar la documentación, normativa y procedimientos en las
diversas comunidades de paso del ganado o, en su caso, facilitar un trámite
centralizado que sirva para todo el itinerario.
-
Controlar las vías pecuarias, impidiendo invasión por
urbanización y construcción de infraestructura viaria, o al menos ofrecer
alternativas de paso.
-
Realizar la mejora y el mantenimiento regular de las
vías pecuarias, con la señalización adecuada mediante mojones, mejorando la señalización
y la colocación de las biondas en los cruces de las cañadas, cordeles y veredas
con las carreteras. También en los pasos elevados, túneles y pasos inferiores.
-
Evitar el asfaltado de caminos que coincidan con vías
pecuarias, para no dañar las pezuñas de los animales.
-
En veredas que coincidan con caminos de zonas urbanas
evitar la colocación de elementos como rejillas de recolección de aguas y
bandas reductoras de velocidad de vehículos que suponen obstáculos para los
animales.
-
Dotar a las vías pecuarias de algunas infraestructuras
sencillas tales como refugios de pastores, fuentes y abrevaderos.
LUIS BAILE ROY
FELICITACIONES a cuantas personas hayan iniciado esta apasionante aventura para a dar a conocer esta actividad- honrosa actividad- Me uno a vosotros en tanto como pueda y sepa. ADELANTE.
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