domingo, 31 de marzo de 2019

TRASHUMANCIA Y DESPOBLACIÓN


LA DEPOBLACIÓN, UN PROBLEMA REAL. LA TRASHUMANCIA, UNA POSIBLE SOLUCIÓN

Los pueblos de España sufren una enfermedad común en el medio rural: la despoblación. Más allá de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, hay otra España, con otras preocupaciones. Pero, además de las personas que ven morir a sus pueblos ¿a quién le importa esto? En realidad debería preocupar a todos, pues el medio rural es responsabilidad, propiedad y una necesidad de todos.

Asturias, Cantabria, Extremadura, Galicia, La Rioja y, en especial, Castilla y León y Aragón están despobladas. La Unión Europea considera despoblados los territorios con menos de ocho habitantes por metro cuadrado. La Serranía Celtibérica es la zona más despoblada de Europa junto a Laponia. En España hay más de 1200 municipios con menos de 100 habitantes.

Existe una gran fractura entre el campo y la ciudad en todos los sentidos. Es una situación que se ha forjado a lo largo de la historia nacional. Se inició con la mecanización del campo que provocó el éxodo rural, continuó con la llegada del sector terciario de forma desigual al medio rural y urbano y ha culminado con la brecha digital ocasionada por la falta de servicios eficientes de Internet en estos lugares.

En los pueblos de España faltan servicios de comunicación, médicos, de seguridad ciudadana y de educación, los pocos vecinos que quedan son los ciudadanos olvidados. Este vaciamiento provocará, entre otros, la pérdida de valor cultural y paisajístico, aumento continuado del riesgo de incendios, erosión y pérdida de biodiversidad.

La trashumancia se presenta como una aportación a la solución de este problema, pues fija la población al territorio. Crea empleos directos e indirectos que se desarrollan en el medio rural, que es el territorio despoblado de España.

Por un lado, crea empleos directos, fijos y temporales. La ganadería extensiva demanda pastores cualificados para hacer posible el relevo generacional y el mantenimiento de la actividad. Para realizar el camino aumenta esa necesidad, ya que se necesita más mano de obra, tanto de pastores como otras personas que realicen tareas de apoyo.

Además, una ganadería desarrollada en régimen extensivo genera empleos indirectos. En primer lugar, los relacionados con el procesado de la materia prima y su distribución una vez elaborados. Asimismo, se hacen necesarios diversos servicios, tanto para los animales, por ejemplo veterinarios, como para los ganaderos. También empleos en la administración, para gestionar las operaciones. Por último, la trashumancia se plantea, hoy en día, como un atractivo beneficioso para el sector turístico, que es una de las alternativas a los oficios tradicionales del campo, haciendo posible la convivencia de ambos.

En definitiva, la trashumancia ayuda a solucionar la grave enfermedad que es la despoblación, que está vaciando España y tiene consecuencias devastadoras e inmediatas.





Marta Argota Puebla

jueves, 28 de marzo de 2019

LA ASOCIACIÓN TRASGREDOS PRESENTA UNA COLECCIÓN DE FOTOGRAFÍAS DE LOS CORDELES DE INVIERNO Y VERANO, CON UNA BREVE RESEÑA DE LO QUE ES Y SIGNIFICA LA TRASHUMANCIA. ESPERO QUE OS GUSTE.

La lucha contra la despoblación rural: prioritaria fondos FEDER y Cohesión

La lucha contra la despoblación rural: prioritaria fondos FEDER y Cohesión: 'La lucha contra la despoblación se convertirá, por fin, en una prioridad para el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)', según manifestó Iratxe Garcia, eurodiputada y presidenta de los socialistas en la Eurocámara durante el debate en sesión plenaria sobre la normativa que regulará el FEDER y el Fondo de Cohesión para el periodo 2021-2027.

domingo, 10 de marzo de 2019

La tarea del albardonero

LA TRASHUMANCIA RESISTIRÁ


RESISTIRÉ 

Como decía la famosa canción, lanzada por el Dúo Dinámico en 1992, “RESISTIRÉ”, en ello estamos, la trashumancia resistirá. En la actualidad pocas cosas hay que conciten un acuerdo tan generalizado como la necesidad de conservar nuestros ecosistemas. Esto es tan cierto como lo es que, a pesar de la sensibilización de las administraciones, su apoyo es tímido en este empeño. Uno de los factores que, a lo largo de los siglos, en la Península Ibérica, más a contribuido a mantener nuestros ecosistemas y la biodiversidad de los mismos, han sido los movimientos de ganado herbívoro entre los agostaderos e invernaderos, LA TRASHUMANCIA. En estos movimientos el ganado trashumante disemina semillas y abona el terreno de forma natural, por ello en nuestros pastos contamos con una importantísima biodiversidad de herbáceas. Tan es así, que en nuestra nación se encuentran cuatro de las siete regiones biogeográficas principales reconocidas por la Unión Europea (UE). La biodiversidad de nuestros ecosistemas permite la conservación, entre otras, de especies animales que están o han estado en peligro de extinción; además facilita la invernada a millones de aves procedentes del norte y la alimentación y descanso de otras en su migración a África y en su vuelta a Europa. Tampoco nos podemos olvidar de que, a pesar de la ley que obliga a la retirada de los cadáveres de los animales que mueren en las zonas de estancia o en el movimiento, no se puede evitar que éstos sirvan de alimento a aves como el buitre leonado o el majestuoso quebrantahuesos, ya que algunas de esas carcasas pueden estar localizadas en zonas de difícil acceso, sobre todo en zonas de montaña, o por que la rápida actuación de esas aves no de tiempo a la preceptiva recogida de los restos. Por otro lado, nuestros pastos y bosques y la gran variedad de matorrales, piornales, jaraleras, rastrojos, etc. que, junto a las tierras de cultivables, suponen el 90%  del territorio, “secuestran” más de 280 toneladas de carbono por hectárea y año, constituyendo un verdadero pulmón para nuestros habitats y contribuyendo humildemente a la lucha contra el cambio climático.


 No está fuera de lugar entonces decir que, si la trashumancia es uno de los factores que contribuye a lograr tales beneficios, debería estar mejor considerada y apoyada. Las administraciones no pueden quedarse sólo en las buenas palabras, en el apoyo u organización de eventos culturales y folclóricos, o en el apoyo a exposiciones y museos. Deben de tomarse en serio la recuperación de la red de vías pecuarias y sus infraestructuras de apoyo (abrevaderos, corrales, chozos, descansaderos…), hoy día muy deteriorados. Tienen que lograr la coordinación normativa entre las diferentes administraciones y la simplificación de gestiones necesarias para el movimiento, saneamiento y vacunación del ganado trashumante. No hay que olvidar que trashumar es duro, supone sacrificio personal, familiar y económico. Sacrificio que, para el trashumante, tiene su compensación moral en las ventajas antes expuestas y en los beneficios que supone para la salud y calidad de vida del ganado. Evidentemente es más cómodo, aunque supone un coste mayor, efectuar los movimientos de ganado en camión (el tren dejó de emplearse desde 1996, cuando la RENFE decidió suspender este servicio), pero la milenaria costumbre de la trashumancia recorriendo las vías pecuarias trae consigo, además, el logro de un valor añadido mediante la calidad de los productos que acompañan a esta actividad, como son los propios de la artesanía pastoril (cuero, lana, instrumentos musicales, cerámica…), los alimentarios (queso, carne, mantequilla, miel, mermelada, embutidos…) y los culturales (libros, guías y rutas turísticas y culturales, fotografía, vídeo…). En estos últimos hay que hacer especial mención a la atracción turística que puede suponer la trashumancia, dando la posibilidad al turista de participar directamente en labores auxiliares, o de hacer rutas a pié, en bicicleta o caballo por esos corredores ecológicos que son las vías pecuarias y de disfrutar de alojamientos rurales en plena naturaleza. Todo ello constituye sin duda una posibilidad para fijar la población al medio rural e, incluso, para crear polos de actividad productiva, ganadera, turística y cultural que puedan atraer a la gente a las zonas rurales.


 Con estos mimbres y con gran ilusión, un grupo de trashumantes de la Sierra de Gredos y de gentes muy interesadas en esa histórica actividad, constituyeron, en el año 2016, la Asociación Trashumancia Sierra de Gredos (Trasgredos para los amigos). Su ámbito es nacional, aunque su actividad inicialmente se circunscribe a las Comunidades Autónomas de Castilla y León y Extremadura, por ser en las que la ganadería tiene sus zonas de agostada y de invernada. También se desarrollan actividades en la Comunidad de Castilla La Mancha, ya que en los desplazamientos de ganado pasamos dos o tres días por la misma. Evidentemente, al estar la asociación domiciliada en la población Navadijos, provincia de Ávila, es en esta provincia donde desarrollamos nuestra actividad habitual y muchos de los eventos que se programen. Nuestros objetivos, reflejados en nuestros Estatutos como guía para determinar nuestras actividades, son los siguientes: a)      Defender los intereses de los ganaderos trashumantes, tanto los intereses colectivos como individuales, siendo interlocutora de los mismos ante todo tipo de entidades, públicas y privadas; ejerciendo funciones de portavoz de la opinión de los ganaderos trashumantes.
 b)      Promover el intercambio de información, conocimientos y experiencias entre los socios, de cara a la mejora de las condiciones de la actividad profesional.
 c)      Promover la formación profesional y técnica de los socios y de los ganaderos trashumantes en general.
 d)      Intervenir en los procedimientos de elaboración de normas que puedan afectar a la actividad trashumante, en cualquiera de sus múltiples aspectos, entre otros: el ganadero, el ambiental, de sanidad animal, vías pecuarias, turístico, cultural, patrimonio cultural, etnografía, movilidad, fiscalidad, etc.
 e)      Contribuir a la conservación y mejora del patrimonio histórico, cultural, etnográfico y natural vinculado a la tradición ganadera.
 f)       La organización de actividades y la difusión de información que sirvan para dar a conocer los valores de la trashumancia.

g)      Incentivar la participación de los ganaderos trashumantes de esta asociación en cualquier organización, pública o privada, que tenga fines u objetivos similares o más amplios; en especial, se podrá integrar la asociación en otras federaciones, o asociaciones de cualquier tipo que sean compatibles con los fines de esta asociación.
 h)      Promover el mantenimiento de los ecosistemas pastoriles tradicionales, procurando mantener su funcionalidad y biodiversidad.
 i)        Promover las actuaciones administrativas de defensa de los bienes de dominio público, en especial, las de clasificación, deslinde y amojonamiento de las vías pecuarias.
 j)       Incorporar a los ganaderos trashumantes al manejo y utilización de los instrumentos de la sociedad de la información.
 No podemos dejar que se considere a la trashumancia extinguida, o una actividad en decadencia. Por eso nuestra firme intención es resistir, hacer más relevante la trashumancia y más valorada la vida en las comunidades rurales. 

            Nuestro Facebook; https://www.facebook.com/trashumancia.sierradegredos
Nuestro Blog:  https://trashumanciasierradegredos.blogspot.com/
Nuestro correo: trashumanciasierradegredos@gmail.com                                                                                                                                  
2019-02-02
LUIS BAILE ROY
ASOCIACIÓN TRASHUMANCIA SIERRA DE GREDOS  



viernes, 8 de marzo de 2019

MUJERES TRASHUMANTES



“SIEMPRE HEMOS TRABAJADO CON ELLOS, PERO A SU SOMBRA”


El papel que las mujeres desempeñan en el mundo rural es fundamental y visibilizarlo es uno de los objetivos de la Asociación Trashumancia Sierra de Gredos. En un día como hoy, queremos acercarnos y conocer más a las mujeres trashumantes, para celebrar los triunfos logrados y plantear los problemas que aún quedan por resolver.
En esta ocasión me permitiré hablar en primera persona. A mis 21 años puedo decir que he tenido la suerte de vivir en varias ocasiones la experiencia de realizar el viaje trashumante. Digo que he tenido suerte porque, seguramente, no pretendía el destino que yo acabase escribiendo hoy estas líneas. Nací en Madrid, pero ya se sabe que uno no es de donde nace, sino de donde pace. O por lo menos, uno no es solo de donde nace. Pasé desde de pequeña los veranos en el pueblo de mi abuela, Navadijos, hasta ahora que paso aquí todo el tiempo que los estudios me permiten. Los hermanos García Santana hicieron posible que conociese todo esto y que me enamorase de ello. Tras unas cuantas historias en las vías pecuarias que unen Ávila con Extremadura, me atreveré a incluirme tímidamente entre las mujeres trashumantes para traeros la historia de algunas integrantes del grupo de Ganaderas En Red y la mía propia.
Como os contaba antes, he bajado el Puerto del Pico en días de tormenta y he sufrido algún golpe de calor en las extensas llanuras extremeñas. Sin duda, este es un trabajo duro, pero muy gratificante. Lo que más me gusta es todo lo que he aprendido en este tiempo y lo que sé que me queda por aprender. Nunca me he sentido discriminada por lo míos por el hecho de ser mujer, siempre me han enseñado y me han valorado, y creo que ese es uno de los motivos que han hecho que me interese tanto en esto de la trashumancia. Entre nosotros el reparto de tareas nunca ha tenido nada que ver con el género. Las tareas de apoyo las suelen realizar hombres y yo siempre he realizado el camino subiendo a un caballo por la mañana y bajando por la noche. Todos hacemos un poco de todo en la medida que podemos. Sin embargo, sí siento que existe el pensamiento de que lo femenino no tiene nada que ver con esto. Yo no creo que debamos parecernos más a los hombres para poder ser mejores en esto, creo que podemos seguir siendo nosotras. Encontramos dificultades, pero también formas de superarlas.
El Libro Blanco de la Trashumancia expone que la mujer suele realizar tareas de apoyo, tales como llevar los coches o preparar la comida en los descansaderos. Considero que esta es una tarea fundamental, pero que hoy en día existe, además, otro perfil de mujer trashumante, que he podido conocer más a fondo de la mano de Violeta, Amalia y María.
Violeta es de León y realiza la trasterminancia con ovejas, una variante de la trashumancia en recorridos más cortos. Sube a su rebaño junto a su marido y con la ayuda de amigos y familiares a los puertos de verano. En abril andan durante dos días hasta media montaña, donde el ganado espera hasta julio para subir a dichos puertos.
Explica que dos personas caminan junto al ganado y otra les acompaña con el coche de apoyo. A veces se queda en la majada cuidando a los animales que no pueden continuar el camino y lleva comida y ropa a los pastores, y otras recorre las veredas.
Además, cuenta que conoce varias mujeres trashumantes en su zona. Y es que, he podido observar que existe una gran diferencia en cuanto a la imagen que se tiene de la mujer rural entre el Norte y el Sur de España. Violeta asegura que en el Norte, que una mujer sea ganadera se ve como algo normal, que están más acostumbrados. “Sí encontramos problemas comunes con el tráfico en las carreteras que atraviesan las cañadas o con el deterioro de algunos tramos de camino”, añade.
Amalia, andaluza que lleva sus cabras y ovejas a Sierra Nevada en los meses de calor, coincide con Violeta y dice que en el Sur existen más diferencias entre hombres y mujeres en los trabajos del campo. Explica que en el Norte las sociedades son tradicionalmente más matriarcales, por lo que no extraña ver a mujeres al frente de grandes rebaños. Esto es una muestra más de que los problemas que existen son culturales y no de capacidad.
Dice que en la zona en la que ella vive hay pocas mujeres que se dediquen a la ganadería. Asegura que le ha costado hacerse un hueco, sin embargo ahora se siente respetada. “¿Dónde está tu padre? ¿dónde está tu hermano?”, eran preguntas frecuentes que le hacían a Amalia cuando trataba con otros ganaderos en las ferias. “No, aquí con la que tienes que hablar es conmigo”, respondía ella. Considera que todavía quedan cosas por hacer para dejar de ser “la mujer de” o “la hija de”.
María recorre 450 km aproximadamente que separan Guadalaviar (Teruel) de La Carolina (Jaén) con vacas y ovejas. Cuatro familias, entre las que se encuentran la de su hija y su sobrino, caminan durante casi un mes cruzando la Península Ibérica. Ella se encuentra entre los seis trashumantes que recorren las veredas cada día del viaje, ayudados por familiares y amigos.
Cuenta que de entre las mujeres que colaboran, ella es la única que puede hacer la vereda todos los días, ya que ahora sus hijos son mayores. Este es otro problema con el que se encuentran las mujeres a la hora de hacer la trashumancia. Es un camino largo y duro, y hasta que los hijos son mayores, lo común es que sea la mujer quien lleva la carga familiar. Explica que ahora su hija tiene que ocuparse de sus hijos y que cuando el ganado todavía se encuentra cerca de casa pueden ayudar haciendo tareas de apoyo, pero cuando están lejos es complicado.
De hecho, el Libro Blanco de la Trashumancia plantea el problema de la doble residencia de los ganaderos trashumantes, ya que tienen que vivir en dos lugares alejados, generalmente en dos Comunidades Autónomas diferentes, durante largos periodos de tiempo. Esto se traduce en dificultades relacionadas con el empadronamiento o la escolarización, a lo que hay que sumar otras circunstancias como las diferencias en los planes de estudios, cuya regulación es autonómica. Esto obliga a que uno de los miembros de la familia no pueda ausentarse de la residencia principal tan largos periodos de tiempo, y quien suele desempeñar este papel es la mujer.
Yo le preguntaba a María si creía que las mujeres tienen que demostrar más que los hombres como trashumantes o ganaderas en general, para ser respetadas. Me contestó que ellas no tenían que demostrar nada más, sino que tenían que empezar a ser valoradas. “La mujer sirve para el campo y tiene que ser visible”, dice. Asegura que ella aprendió mucho de su marido, pero que ahora que sabe puede hacer lo mismo que él. “Siempre hemos trabajado con ellos, pero a su sombra”, añade.
Lo que más le gusta a María de su trabajo es el vínculo que se crea haciendo el camino, lo que la gente le aporta y lo que los animales aportan al medioambiente. Terminó diciendo: “me llena saber que estoy haciendo una labor buena para todos, esperemos que no nos corten las alas”, y a mí no se me habría ocurrido una mejor forma de acabar este artículo.






Marta Argota Puebla